Ya han pasado varios meses desde que se puso en marcha este Carnaval 2014, ya han pasado varios años desde que esta pasión llegó al Carnaval, ya han pasado 75 años desde que esta murga llegó a la Teja. Aquella murga de pibes, con sus trajes de arpillera y con cacerolas haciendo ruido, hoy sigue vigente. En estos años han pasado muchas cosas, triunfos, tristezas, alegrías. Han pasado diversos componentes, desde murguista hasta técnicos, pero los Diablos Verdes siempre dicen presentes.
Aquello que comenzó como una diversión, hoy se transformó en un ritual, en una forma de sentirlo y quienes tienen la suerte de sentir y llevar la bandera de la consecuencia saben de que hablo.
El concurso se deja de lado por 45 minutos para poder disfrutar de nuestra querida murga, una murga integrada por esos 17 fenómenos que se subirán al Teatro y se suben día a día a los tablados pero también aquellos personajes que no se ven como los técnicos, utileros, sponsors y no quiero olvidarme de la hinchada. Es la hinchada la que acompaña a todos lados, es la hinchada la que convierte un ensayo en un encuentro familiar. Es la hinchada la que se mueve por hacer sentir cómodo a cada murguista y sin lugar a dudas es la que deja el alma y su voz en cada Teatro de Verano.
Sobran las palabras para definir lo que se siente en la previa de un día como hoy. Sobran las palabras de agradecimiento a todos los que hacen posible que luego de 75 años los Diablos Verdes sigan vigentes de forma ininterrumpida. No se trata de ser la murga "Decana", ni la murga con mayor hinchada, ni tampoco con mayores primeros premios, se trata de ser fiel a su identidad manteniendo su compromiso social porque los Diablos siempre serán como decía aquella retirada del año 2003
"...Consecuentes con la vida y el amor, Consecuentes con su eterna tradición..."
Salú!
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